Con la llegada de la pandemia de Covid-19, los gobiernos de todo el mundo se han visto en la obligación de responder a la crisis de muchas formas: la principal es la sanitaria, pero también se ha tenido que realizar un importante esfuerzo alrededor de la vertiente tecnológica. Esa que nos permite combatir la expansión de la pandemia a través de las pantallas de nuestros teléfonos móviles gracias a lo que se ha dado en llamar como apps de rastreo. ¿Sabes cómo funcionan?
Ha sido esa la herramienta que han encontrado los principales organismos mundiales para vehicular la respuesta que tiene que ver con la posibilidad de entrar en contacto con una persona que ha dado positivo por Covid-19, y que nos obliga a mantener cuarentena durante diez días en nuestra casa. Estas apps de rastreo son, a día de hoy, la mejor respuesta que tenemos a un desafío que todavía sigue en activo y para el que nos esperan muchos meses de dura batalla, hasta que llegue una vacuna efectiva y viable.
Apps de rastreo de contagios, ¿qué son?
Básicamente se trata de aplicaciones que se lanzan dentro de un mismo territorio (país, región, comunidad autónoma, etc.) y que tienen como objetivo alertar al usuario en el caso de que haya tenido un "contacto estrecho" con una persona contagiada de Covid-19. Esa notificación no suele aparecer hasta que quien da positivo lo reporta a la aplicación (a través de un código que le comunican a través de su centro de salud) y ésta, a su vez, lo hace al resto de personas que han cumplido con una serie de requisitos que marcan las autoridades sanitarias: haber coincido con ella en un espacio igual, o inferior, a los dos metros durante un periodo mínimo de quince minutos.
Si la aplicación, o mejor dicho, toda la plataforma a través de la que se cruzan los millones de contactos diarios, detecta una situación que cumpla con los requisitos anteriores, nos devolverá una alerta inmediata de que hemos estado expuestos a una potencial amenaza de contagio y, por lo tanto, debemos confinarnos en casa a lo largo de esos diez días preceptivos. Es más, además de esas medidas preventivas, será importante notificar la situación inmediatamente a las autoridades sanitarias de nuestra zona para que nos den a conocer si es necesario pasar alguna prueba de antígenos, serológica o PCR.
Cómo funciona una app de rastreo
Las aplicaciones de rastreo, y más concretamente la que tenemos activa en nuestro país, Radar COVID, utilizan la base desarrollada por Apple y Google para permitir que cualquier sistema operativo móvil actual pueda comunicarse entre sí, de tal forma que da igual si tenemos un iPhone o un smartphone con Android, que todos los usuarios formarán parte de la misma red de detección de potenciales contagios como un único cuerpo de prevención. Es importante incidir en el hecho de que, en las últimas semanas, el área de influencia de esa app de rastreo del Gobierno de España se ha extendido a las últimas comunidades autónomas que se mantenían fuera, entre ellas Cataluña.
La forma de trabajar la aplicación es bien sencilla ya que la app se encarga de recopilar cuáles son los contactos que tenemos con otros dispositivos que cumplan los requisitos que os contamos más arriba. Y para conocer quién está alrededor, el teléfono se sirve de lo que se conoce como "bluetooth de baja energía" (BLE), que permite una conexión rápida y sin apenas gasto de batería del terminal, que es capaz de conectar al instante con otros dispositivos cercanos.
Muchos usuarios se han preguntado si esas comunicaciones constantes entre nuestro teléfono y todos los que nos cruzamos pueden ocasionar un gasto abultado de la tarifa de datos que tenemos contratada con nuestra operadora. Y la respuesta es "No". Tal y como alertan las propias autoridades, Radar COVID "consumirá unos cuantos kilobytes (KB) al día, más o menos lo mismo que se necesita para cargar una página web con algunas fotos", por lo que no ocasiona un perjuicio a todos aquellos usuarios que no cuenten con una cantidad importante de megas para gastar.
Cada uno de esos "contactos cercanos" se convierten en un hito dentro de nuestro línea de tiempo de coincidencias que almacena la aplicación de rastreo, fijándose especialmente en aquellos que pueden considerarse como "cercanos": menos de dos metros durante más de quince minutos. En caso de que alguno de esos terminales dé positivo dentro de los catorce días siguientes al contacto, nos será notificada un alerta para que nos confinemos. Pasado ese periodo de tiempo de dos semanas, todas esas referencias son eliminadas del sistema y, por lo tanto, dejamos de estar en riesgo.
La tecnología empleada para una app de rastreo, ¿infringe la privacidad?
La privacidad, la posibilidad de que haya alguien espiándonos a través de estas aplicaciones de rastreo es algo que ha llenado los medios de noticias en los últimos meses y más, si cabe, en esos mentideros en los que se han convertido las redes sociales y las apps de mensajería. Precisamente, el sistema que utilizan estas aplicaciones se sirve de la plataforma creada por Apple y por Google que ha buscado, en todo momento, mantener el anonimato de quienes la utilizan.
Es por eso que cada smartphone genera de forma constante un código encriptado que permite al usuario mantener su anonimato dentro de la plataforma e impedir que pueda ser identificado. Además, hay que recordar que estas apps de rastreo no utilizan en ningún momento información del GPS sino que es la propia conexión BLE la que se encarga de almacenar esa distancia respecto de los otros dispositivos con los que nos cruzamos. Para ello, recurren al llamado protocolo DP-3T (rastreo de proximidad descentralizado), para que sea completamente seguro el uso por parte de todos los usuarios.
Hay que tener en cuenta que la aplicación muestra (en el caso de Radar COVID, al iniciarla) una serie de avisos por los que garantiza que no recopila ni el nombre, ni el correo electrónico, ni la geolocalización a través de GPS, así como el número de teléfono del usuario. Precisamente, para respetar esa privacidad y mantenernos a salvo de cualquier tentación de espiar a los usuarios de la plataforma por parte de instituciones, gobiernos y organismos públicos.
