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Para qué nos vamos a engañar: a lo que más atención ponemos a la hora de comprarnos un teléfono móvil es al precio. Normalmente damos por hecho que un teléfono de entre 100 y 300 euros es de “gama baja”, uno de entre 300 y 600 de “gama media”, y por encima de los 600 o 700 euros de “gama alta”. Y, por si fuera poco, a partir de los 1000 tenemos los “tope de gama”, para los que quieren tener lo mejor de lo mejor. Pagamos el dinero, y ya tenemos un móvil de la gama que queríamos. Sin embargo, ¿sabemos realmente en qué se diferencian o en qué nos debemos fijar a la hora de comprar un teléfono móvil?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el precio no es un factor decisivo a la hora de ver si un móvil es mejor o peor que otro. Hay teléfonos más baratos que pueden tener prestaciones superiores a otro más caro solo porque en el segundo estamos pagando la “marca”. Y, además, gastarnos 1000 euros en un teléfono no nos asegura que nos vaya a durar más que uno de 200. Es más, probablemente queden sin soporte a la vez. Incluso puede que, si solo vamos a usar el móvil para llamar y para WhatsApp no necesitemos un gran procesador y una gran cantidad de memoria RAM, y estemos pagando de más por características que no necesitamos.
En qué tengo que fijarme al elegir un móvil
Procesador
El procesador es el corazón del teléfono móvil. Y, a menudo, es uno de los elementos que más varían en el precio y que pueden mostrar una diferencia entre la gama baja y la gama alta. Un buen procesador influye directamente en lo rápido que va el móvil. Pero también puede influir en la batería que consume, ya que los procesadores móviles de hoy en día tienen núcleos para funcionar a pleno rendimiento, y otros más lentos para funcionar en segundo plano que consumen menos batería.
Si vamos a hacer un uso intensivo del teléfono, y queremos que vaya fluido, tendremos que buscar un modelo que tenga un buen procesador. Estos procesadores se pueden diferenciar por el número de núcleos y por la frecuencia máxima.
Al mirar procesadores podremos ver núcleos a diferentes frecuencias. Los más rápidos son los que usan a pleno rendimiento, y los más lentos los que se usarán en segundo plano para gastar menos batería. Por ejemplo, un procesador octa-core (8 núcleos) puede tener 4 que funcionan a 2 GHz, y otros 4 que funcionan a 1.5 GHz.
Además de la propia CPU, también debemos fijarnos en otros elementos: la GPU. Este es el chip responsable de los gráficos del móvil, algo importante si tenemos pensado usar el teléfono para jugar. Si no vamos a jugar, entonces la GPU no es tan importante.
Memoria RAM
La memoria RAM es también otro aspecto muy importante a la hora de elegir un móvil. Esta memoria lo que hace es guardar la información de las apps que tenemos abiertas de manera que podamos cambiar entre unas y otras sin que se cierren. Si solemos usar muchas apps a la vez tendremos que buscar un modelo que tenga mucha memoria RAM. Si solemos usar solo aplicaciones concretas, y nunca cambiar entre una y otra, la RAM no será tan importante. Por ejemplo, la gama media suele tener unos 2 GB de memoria RAM, la gama media entre 3 GB y 4 GB de RAM, la gama alta entre 4 GB y 6 GB, y la gama más alta a partir de 8 GB de memoria RAM.
Almacenamiento
El almacenamiento interno es otro de los aspectos que más diferencian a un teléfono de gama baja de uno de gama alta. Este es el espacio que tenemos dentro del teléfono para guardar todo tipo de archivos e instalar apps y juegos.
Hoy en día, dado el tamaño que ocupa Android y las apps, 16 GB es algo inviable, ya que no tendremos espacio para nada. La gama baja, actualmente, no debería bajar de los 32 GB de almacenamiento. Este espacio nos garantiza poder instalar todas las actualizaciones de Android y las apps que queramos o necesitemos sin problemas. Y, a partir de esos 32 GB de memoria interna, elegir la capacidad que necesitemos en función de para qué vayamos a usar el móvil.
Pantalla
La pantalla es también otro elemento importante al elegir un móvil. Este no influirá directamente en el rendimiento del teléfono, pero sí será decisivo a la hora de elegir “cómo se ve”. Por ello, debemos elegir el tamaño de pantalla que consideremos óptimo según el tipo de móvil que busquemos, y nos tendremos que fijar en su resolución, la densidad de píxeles por pulgada y en la tasa de refresco. Otros aspectos importantes al elegir un móvil son, por ejemplo, los bordes, la resistencia y si tiene cristal anti-rayones (como el Corning Gorilla Glass).
Cámara
Las cámaras han ganado un gran protagonismo dentro de los teléfonos de gama alta. En poco tiempo hemos pasado de tener una buena cámara a tener dos, tres, cuatro e incluso más. Cada una de estas cámaras suele estar enfocada a un tipo de fotografía concreto, por ejemplo, una foto estándar, gran angular, macro, teleobjetivo o retrato. También puede haber otros sensores que pueden ayudarnos a mejorar la calidad de las fotos, como sensor de profundidad o de iluminación avanzada.
Si vamos a usar el teléfono para hacer muchas fotos, la cámara es un aspecto fundamental a tener en cuenta. Si no nos interesa la fotografía, entonces debemos fijarnos en otros aspectos más importantes.
Batería
La batería es otro de los aspectos más importantes al elegir un móvil. Y los móviles baratos, de gama baja o media, suele ser donde más limitados están. Cuanto mayor sea la capacidad de la batería más tiempo nos durará sin cargarlo. Si el móvil tiene una mala batería, tendremos que cargarlo todos los días. E incluso puede que no llegue al final del día.
Otros aspectos a tener en cuenta
Redes y Wi-Fi
La conectividad es muy importante en los móviles. Tanto que un teléfono sin Wi-Fi o sin red de datos sirve más bien para poco. Cualquier modelo, de la gama que sea, va a tener un modem 4G, una tarjeta Wi-Fi, Bluetooth, GPS y otros chips de conexión. Sin embargo, no todos funcionan igual ni nos darán el mejor rendimiento en las conexiones.
A la hora de elegir un móvil con 4G tenemos que comprobar que el dispositivo admite el mayor número de frecuencias posible, sobre todo la banda de 800 MHz utilizada por el 4G en nuestro país.
También tenemos que buscar una buena conectividad Wi-Fi que nos permita tener conexión desde cualquier lugar de la casa y obtener la mayor velocidad posible para aprovechar la conexión de fibra óptica. Hoy en día deberíamos evitar cualquier teléfono que no sea compatible con la red Wi-Fi de 5 GHz. Y si podemos encontrarlo con soporte para WiFi 6, mejor.
Sistemas de seguridad
Para evitar que otras personas puedan usar nuestro móvil sin permiso tenemos que elegir un modelo que tenga buenos sistemas de seguridad. Además de los típicos patrones y el PIN, podemos optar por sistemas biométricos, como por ejemplo, lector de huellas dactilares o reconocimiento facial.
Tamaño y peso
Puede que nos guste un teléfono más grande, o busquemos algo un poco más pequeño que nos quepa mejor en el bolsillo. Por lo tanto, el tamaño y el peso son aspectos que debemos tener en cuenta, aunque no son decisivos al decidir si un móvil es de gama baja o alta.
Fecha de lanzamiento
Por último, también debemos tener en cuenta la fecha de lanzamiento del teléfono. Aunque compremos hoy un teléfono de hace dos años y digamos que es “nuevo”, en realidad tiene dos años, y en cualquier momento quedará sin soporte. Por lo tanto, es importante también asegurarnos de elegir un teléfono que sea lo más nuevo posible de cara a asegurarnos tener actualizaciones a nuevas versiones de Android, y de seguridad, durante el mayor tiempo posible.