Los timos y estafas más comunes que podemos sufrir en el móvil

Evitar el Phishing

No existen momentos más problemáticos que aquellos en los que tenemos la sensación de que nuestro smartphone puede haberse tragado un programa, una aplicación, o un mensaje que podemos calificar como malicioso y que da inicio a un ataque a mayor escala, estafas o timos que podemos sufrir y que son más comunes de lo que podéis imaginar dentro de nuestro teléfono móvil.

En todas estas ocasiones la forma de operar que tienen los piratas informáticos no es muy distinta y pasa por lanzarnos un bonito anzuelo infectado por algún malware que se camufla dentro de un enlace, un archivo o una app, que abren de par en par las puertas de nuestro terminal de forma que apenas contamos con herramientas para defendernos de estafas y timos. ¿O sí?

¿Cómo detectarlos?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que estos timos y estafas en nuestro smartphone no se anuncian con antelación y pueden acechar tras la amenaza de una aplicación que nos hemos descargado de una fuente sospechosa (webs, enlaces, archivos compartidos por apps de mensajería, etc.), lejos del amparo que nos ofrecen tanto la Play Store de Google como la App Store de iPhone. Es en esas ocasiones en las que se podrían esconder en el interior de esas apps cualquier tipo de malware que dé inicio a un ataque a mayor escala.

En el caso de que alguna de esas aplicaciones termine en nuestro dispositivo, podremos darnos cuenta de que algo no marcha bien en el instante que nuestro móvil comienza a dar señales de un funcionamiento distinto del habitual. Es decir, una caída repentina y acusada de la autonomía de la batería, un recalentamiento del smartphone a la hora de llevar a cabo tareas que hasta ese instante no suponían ningún esfuerzo y, por último, la aparición de mensajes publicitarios invasivos que podríamos llegar a considerar SPAM. Este último tipo de timo se conoce con el nombre de adware.

Otra de las fuentes de acceso de estafas y timos a nuestro móvil puede encontrarse en los mensajes de correo electrónico y SMS, desde los que podrían llegarnos avisos urgentes sobre una acción que debemos llevar a cabo de forma inmediata y para la que adjuntan una URL (dirección de internet) que nos invitan a pulsar. Es en ese instante cuando nos redirigen hasta una web fraudulenta en la que nos espera el (supuesto) pago de una multa a la Dirección General de Tráfico, la liquidación de algún impuesto al Ministerio de Hacienda o, por qué no, el recordatorio de Correos de que tenemos un paquete (que no existe) detenido en la oficina internacional y toca abonar el coste de aduanas.

En todos los casos nos encontramos ante un timo a través de nuestro móvil que busca que reaccionemos rápidamente, casi sin pensar, instintivamente, para no caer en la cuenta de que en realidad estamos regalando nuestros datos personales y bancarios a los hackers. Es muy importante que recuerdes que ninguna de esas organizaciones, entidades, empresas y servicios utilizarán nunca un SMS o un correo electrónico para solicitar el pago de ninguna cantidad, así como para requerirnos unos datos personales que, de ser verdad que son quienes dicen ser, ya obrarían en su poder.

Ese afán insaciable por saber todo lo posible de nosotros oculta otras estafas y timos mucho más graves, y habituales, como son el phishing y el ransomware: la primera de ellas es una práctica que busca suplantar al usuario ante cualquier tipo de servicio, organización o empresa (principalmente las bancarias y de crédito), para negociar operaciones en su nombre y, siempre, de forma telemática a través del teléfono o internet, donde es mucho más sencillo hacerse pasar por otra persona; mientras que la segunda su objetivo es, pura y simplemente, secuestrar nuestro móvil para pedirnos una cantidad de dinero (en criptomonedas) a cambio de liberarlo.

¿Qué hacer si caigo en un engaño?

En el caso del adware, el principal problema que vamos a padecer es el de la pérdida de rendimiento de nuestro móvil, por lo que tendremos que buscar la manera de desinstalar esas aplicaciones que han causado el daño. Como podéis imaginar los hackers siempre encuentran la forma de proteger a su criatura y, por eso, en la mayoría de ocasiones será necesaria la presencia de un antivirus en nuestro móvil, para limpiarlo en profundidad y periódicamente de potenciales amenazas, ya que solo ellos son capaces de conocer los nuevos virus que se catalogan a diario.

Eso sí, harina de otro costal es lo que debemos hacer para controlar los daños provocados por un ataque de phishing. Si nos damos cuenta de que hemos entregado nuestros datos personales y bancarios (tarjetas) en una web y pensamos que es posible que hayamos sido víctimas de un timo a través del móvil, entonces hay que bloquear INMEDIATAMENTE esas tarjetas a través de las apps oficiales de nuestros bancos, o llamar al servicio de atención al cliente lo antes posible. Es fundamental cortar de raíz la posibilidad de que a los hackers les dé tiempo a comprar en nuestro nombre o realizar otras operaciones que impliquen el gasto de una buena cantidad de dinero.

Para el caso del ransomware poco podemos hacer si nos secuestran el móvil, más allá de prevenir un acto así realizando copias de seguridad de todos los archivos que tenemos almacenados en él (fotos, vídeos, documentos, mensajes, contactos, etc.), bien en un ordenador, bien en cualquiera de las nubes que ofertan servicios de backup, como Dropbox, Google Drive, iCloud, OneDrive, etc. De esa manera será mucho más fácil restaurar el móvil a los ajustes de fábrica y recuperar más tarde el dispositivo a su estado anterior al ataque.

¿De qué manera puedo evitar el riesgo de caer en un timo?

Nadie está exento de padecer un timo en su teléfono móvil porque, como antes os comentaba, son muchas las formas que tienen de camuflar su trabajo los piratas y estar al día de todas esas artimañas es prácticamente imposible. Es por eso que bastan tres consejos básicos con los que podremos evitar una buena parte de esas amenazas que están esperando a que las pisemos para explotarnos encima:

  1. NO DESCARGAR aplicaciones en nuestros teléfonos móviles que no provengan de las tiendas oficiales de iPhone y Android. Cualquier otra fuente siempre corre el riesgo de traernos un archivo infectado con un malware que podría desencadenar un ataque de adware o la instalación de troyanos, virus, etc.
  2. NO PULSAR sobre enlaces que puedan llegarnos a través de mensajes SMS, correos electrónicos o apps de mensajería como WhatsApp, Telegram, etc. que no provengan de contactos verificados, de amigos y familiares que tengamos en la agenda. De lo contrario, podríamos terminar en webs fake donde podríamos sufrir prácticas de phishing, ransomware, timos, estafas, etc.
  3. INSTALAR UNA HERRAMIENTA de detección de amenazas como son los antivirus que existen tanto en iPhone como en Android, y que cuentan con versiones gratuitas. Aunque para estar del todo protegidos, lo mejor es suscribir algunas de las tarifas anuales que ofrecen y que, en algunos casos, apenas superan los 10 euros
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